Martín Gerlo
El senador nacional por Entre Ríos Edgardo Kueider presentó hace algunas semanas un proyecto de ley para trasladar la Capital Federal a Paraná, con el objetivo de “descentralizar el poder y promover un desarrollo más equilibrado en el país”. Al mismo tiempo, se conoció que Edith Terenzi, compañera de interbloque del concordiense, presentó una ley de iguales características pero para mudar la Capital Federal al sur, como se propuso durante la Presidencia de Raúl Alfonsín.
Ambas iniciativas tienen un mismo objetivo, pero difieren en el lugar de emplazamiento propuesto.
A pesar de lo difícil que es concretar una iniciativa de este tipo, los proyectos volvieron a poner en agenda un tema que, cada cierto tiempo, recobra interés. Lo más cerca que se estuvo de lograr el traslado de la capital fue a mediados de 1987, cuando el Congreso de la Nación aprobó la ley para el Traslado de la Capital Federal, promulgada por Alfonsín bajo el número 23.512. El lugar propuesto era Viedma-Carmen de Patagones y la historia posterior es conocida. La norma nunca fue derogada, pero quedó en letra muerta.
Bicameral reconstruyó dos iniciativas previas que, al igual que el proyecto de Kueider, propusieron a Paraná como capital. Aunque en ambos casos los proyectos no partieron de legisladores en ejercicio, sí quedaron plasmados en textos y uno de ellos llegó a ingresar a la Cámara baja.
En 1958 el escritor tucumano Pedro Marañón Etchevehere propuso en un proyecto, que puede encontrarse en el archivo de la Cámara de Diputados, que al país se le restituya la “histórica denominación de Confederación de la Nación Argentina” y “a la benemérita ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos, la dignidad de capital”.
El proyecto que propone a Paraná establece directivas sobre la “creación de la provincia del Plata”, que estaría conformada por la ciudad Buenos Aires y algunos partidos del conurbano. Algo de esto estaría presente, casi tres décadas después, en la idea que impulsó Alfonsín.
Además, decretaba la caducidad de la Ley Racedo de 1883, devolviendo de este modo a la ciudad de Concepción del Uruguay la condición de capital entrerriana. No fue esta la única vez que la actual capital entrerriana fue postulada como capital alternativa del país.
El proyecto de Lanusse
La Ley N° 19.610, decretada durante el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse, lleva como título “CAPITAL DE LA REPÚBLICA. Declárase la necesidad de determinar la conveniencia, oportunidad y factibilidad de su traslado”, y está fechada en mayo de 1972. En sus fundamentos, sostiene que “la creación de una nueva sede política para el poder central hará concluir una estéril disputa que ha encontrado en la cuestión Capital un motivo de explicación a la continua y cada vez mayor postergación del interior”, y considera que “servirá para romper un círculo vicioso que inmoviliza las grandes energías nacionales”.
Hacia fines de septiembre de 1972, el general Lanusse arribó a Paraná y lo recibió el brigadier Ricardo Favre, interventor de Entre Ríos desde hacía seis años. En Casa de Gobierno aprovechó la oportunidad y le entregó una iniciativa que venía elaborando desde la provincia: el proyecto oficial “por el que se pide el traslado de la capital de la República a Paraná, a la vez que se propone una variante física de las sedes de los tres poderes”. Así lo consignaron los diarios, que cubrieron con detalle la agenda del dictador en la capital entrerriana.
La propuesta del interventor entrerriano ponía sobre la mesa una idea interesante: relocalizar las sedes de los tres poderes en ciudades diferentes, y para ello elegía las capitales de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. “El proyecto entrerriano contempla que los ministerios y organismos inmediatos del Poder Ejecutivo se instalarán en Paraná; el Poder Legislativo en Santa Fe, y el Poder Judicial en Córdoba”, señalaba.
Con el proyecto de Kueider, Paraná vuelve a estar en el abanico de opciones para el traslado de la capital, una iniciativa compleja y costosa que, salvo con Alfonsín, nunca encontró la voluntad política necesaria para su concreción.