Entre los principales ejes de discusión que tendrá el Senado durante el mes de agosto aparece la iniciativa de modificación para aplicar la boleta única de papel (BUP) como nuevo método de votación. El consenso para que el proyecto que implanta la votación mediante la BUP llegue al recinto empezó a tomar forma en las últimas dos semanas, tras más de seis meses de estancamiento. Quien encabeza la iniciativa es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que también promueve la eliminación de las PASO, aunque en ese apartado ha tenido menos éxito hasta el momento.
Las negociaciones oficiales podrían quedar plasmadas en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales. Allí, convergerían las diferencias que existen entre los dos despachos que obtuvo el proyecto el pasado 10 de enero. Aquella reunión plenaria concluyó con la firma de un dictamen de mayoría que tuvo el acompañamiento del bloques federales, La Libertad Avanza, el PRO y la Unión Cívica Radical (UCR). Por otro lado, la senadora Mónica Silva (Río Negro) impulsó otro de minoría con el apoyo del kirchnerismo y del senador Carlos Arce (Misiones).
Tanto Silva como Arce, sumada la senadora Sonia Rojas Decut (Misiones), forman parte de la denominada “oposición dialoguista” de la Cámara alta y son clave para el oficialismo a la hora de la construcción del quórum y de las mayorías mínimas constitucionales que se necesitan, dependiendo el caso, para aprobar un proyecto.
Sin el apoyo de estos tres senadores, el poroteo con respecto a la BUP queda empardado en 36 votos para cada lado y sin posibilidad de que la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, pueda desempatar al tratarse de un tema electoral.