Por Alberto Rotman*
“A lo largo de sus 129 años de vida, la UCR siempre fue partícipe activo de todo acontecimiento que marcó a nuestro país, apoyando u oponiéndose, según la legalidad del hecho en juego. Desplegó banderas revolucionarias frente a regímenes anticonstitucionales. Utilizó la abstención electoral como muestra inconfundible de principios no compartidos. Logró imponer el voto universal, secreto y obligatorio, ganando y perdiendo confrontaciones políticas, solamente en las urnas. Contribuyó con toda la energía que da la concepción democrática, a reconquistarla. Llevó a la Justicia de la Democracia a los genocidas militares, actores de la peor dictadura de nuestra historia.”
Es indiscutible la razón que hace de la UCR parte indisoluble de la historia y el desarrollo institucional de la República, por eso hoy nuevamente le corresponde afrontar ese designio histórico para la que fue creada y retomar nuevamente el camino que éste país y la Provincia requiere.
Para ello hay que transitar algunos pasos que considero indispensables.
Primero: hay que participar activamente para consolidar la incipiente recuperación de la República, que estuvo en serio peligro estructural hace muy pocos años atrás y que hoy, esta actualidad, nos llena de dudas. Sabemos muy bien que la democracia se consolida participando.
Segundo: hay que realizar un profundo y sincero debate interno sobre la identidad del Radicalismo en el contexto de este siglo XXI, reconociendo los errores cometidos durante el gobierno de la Coalición Cambiemos, de la que fuimos partícipes secundariamente.
Tercero: hay que ejercer una oposición democrática que aporte a la sociedad alternativas de superación de los problemas, tratando de enderezar los caminos errados que el gobierno adopta, y que hoy pretende ocultar detrás del telón de una cuarentena eterna. Hacer docencia cívica es un legado histórico que los radicales hemos abandonado.
Cuarto: Debemos discutir un plan de políticas públicas que fortalezcan verdaderamente, el rol del Estado. Hoy la pandemia ha dejado al desnudo las graves falencias que tiene “este Estado”, pero también nos ha dado muchas pistas de lo que significa cuando se pretende que el mercado sea el único actor.
Cuando regresemos de esta Pandemia y entremos nuevamente en lo que consideramos nuestra normalidad, debemos resolver nuestra situación actual y futura en Cambiemos, o como se denomine esta coalición política.
En nuestra provincia la UCR debe encabezar un proyecto que sobrepase la coyuntura (esto debe ser innegociable) y como dije anteriormente, proyectando su futuro. Tampoco tengo dudas que debemos ampliar esta coalición política incorporando fuerzas progresistas afín a nuestra historia y a nuestra ideología, pero recordando, que estas son una unión entre distintos y es fundamental saber administrar esas diferencias, sabiendo que si estas coaliciones se forman solamente para repartir candidaturas entre sus dirigentes, seguramente van nuevamente al fracaso. No se trata de ser buenos, o malos, ingenuos o astutos; se trata de tener objetivos políticos que hagan al radicalismo el partido de las mayorías que siempre fue y construir una coalición que enriquezca y fortalezca esa mayoría.
Debemos ser conscientes que la sociedad nos mira; no se trata de buscar slogans impactantes ni de hacer buenos spots de campaña, ni dejar de ser aburridos, ni proponer frases rimbombantes; se trata de hacer buena política. La sociedad necesita dirigentes que apuesten a la discusión de las ideas para encontrar las mejores propuestas; hacer que en la vida pública viva la política.
Como decía nuestro Leandro Alem, “La vida política de un pueblo marca la condición en que se encuentra; marca su nivel moral, marca el temple y la energía de su carácter. El pueblo donde no hay vida política, es un pueblo corrompido y en decadencia, o es víctima de una brutal opresión. La vida política forma esas grandes agrupaciones, que llámeseles como ésta, populares, o llámeseles partidos políticos, son las que desenvuelven la personalidad del ciudadano, le dan conciencia de su derecho y el sentimiento de la solidaridad en los destinos comunes”.
Deseo y aspiro que los radicales estemos a la altura de las circunstancias actuales, haciendo honor al legado histórico heredado de nuestros mayores.
*Exdiputado provincial de la UCR,