Por Fabián Rogel (*)
Me he manifestado claramente y de manera contundente a favor de la democracia y mi último libro, que ha sido presentado hace unos meses en Paraná, junto a Ricardo Gil Lavedra, da testimonio de ello. Creo que anoche, con la sanción de la Ley Bases que aprobó el Senado de la Nación, se ha dañado groseramente los 40 años de continuidad democrática.
No quiero entrar en mayores detalles, pero volver a enajenar el patrimonio público, en un proceso que comenzó Menem, atacando a uno de los resortes de la economía nacional que contempla la Ley de Hidrocarburo, habla a las claras que viene por la vuelta y por lo que quedó por enajenar.
La Ley Bases, aprobada en esta madrugada, avanza con el atropello a las leyes laborales y da la posibilidad, incluso, de despedir a los trabajadores que se manifiesten en sus justos reclamos. Ataca, en fin, todo lo que ha hecho y ha fortalecido la conciencia nacional de esta gran Nación argentina.
Algunos de los principales estudios jurídicos que están al servicio de las grandes corporaciones han escrito este proyecto de ley, que entre otras cosas, considera la Ley de RIGI como “el mayor aporte” que pueden hacer las empresas aunque no se trata de otra cosa que la acumulación de todo el capital posible y el saqueo de la minería y de los recursos estratégicos del país. Sin Estado y con esta ley que se ha sancionado, hay mayor desequilibrio y se termina de configurar lo que los sectores de capitales concentrados vienen buscando desde hace tiempo: la desaparición total del Estado como lógico garante del bienestar general. Eso es lo que buscan los denominados “anarcocapitalistas”.
Las facultades delegadas con esta ley, manchan el honor y empañan los 40 años de democracia porque es lisa y llanamente un desprecio a todo nuestro ordenamiento jurídico y otorgan a una persona las atribuciones que le corresponden al conjunto de las organizaciones nacionales. Es una verdadera vergüenza, más aún cuando se trata de un ardid para continuar la entra del patrimonio nacional.
Lamento profundamente que a los gobernadores no les haya quedado otra posibilidad que acompañar este proyecto de ley, puesto que estuvieron frente a la amenaza permanente de que si los legisladores de cada provincia no acompañaban, el ajuste iba a ser mayor aún.
Noche triste para la República. Noche triste para los argentinos.
(*) Presidente del bloque de diputados provinciales de Juntos por Entre Ríos